Pájaro amigo mío, durante muchos años me he sentido como eras tú en tus primeros años de vida, cuando eras un polluelo que era alimentado y criado por tus progenitores desde que rompiste la cáscara del huevo hasta que aprendiste a volar.
Al principio tenía yo tanto miedo como tú a echar a volar en la vida. ¿Recuerdas cómo se tambaleaban tus alas y no eras capaz de alzar el vuelo?
Pero al final lo conseguiste, cosa que yo también he conseguido. Y ahora necesito volar tan alto como lo haces tú, así que llévame en volandas porque tú eres mi mejor amigo y aliado y mi ejemplo a seguir.
Con todo mi cariño,
Jesus.