¡SÍ A LA VIDA!

Durante demasiado tiempo no quería vivir y estaba llena de miedos e inseguridades.

Ahora deseo existir hasta que me llegue la hora como a todos y lo más importante es que mis temores se van disipando.

Tengo 62 años y ya no pienso en todo lo que me he perdido, sino en lo que he aprendido y que es mucho. 

Una persona muy inteligente solía decir que las personas no cambian y no estoy de acuerdo con ella, si se quiere de verdad es posible el cambio.

Yo lo veo por mí misma, en estos momentos, soy una persona organizada y ordenada cuando no hace mucho era todo lo contrario.

En esta nueva etapa de mi vida veo luces de colores brillantes y alegres cuando antes eran de color negro. Es una comparación inventada, pero es así como percibo mi estado actual.

Tengo claras mis ideas y mis sueños, yo pondré todo de mi parte para conseguir mis objetivos, todo depende de lo que el destino tenga preparado para mí.

Todos tenemos deseos de obtener cosas, ya no me refiero sólo a lo material, sino también a lo espiritual, a lo mental, pero tenemos que poner mucho de nuestra parte.

Me he vuelto más práctica y realista, ya que antes era fantasiosa y eso no es bueno.

Estoy a gusto dentro de mi piel y si soy sincera mi cuerpo está estropeado, pero es porque no me he querido y, en consecuencia, no me he cuidado, pero ahora lo acepto tal y como está.

Nadie podemos regresar al pasado para corregir errores cometidos.    

Hoy en día apruebo tal y como soy, con mis virtudes y mis defectos.

Ojalá que viva muchos años para contar mi experiencia vital y si solo sirve para ayudar a una persona me daría por satisfecha.

¡Sí a la vida!    

                                                                                                                             Gemma