Oye, tú.
Sí, tú, quien sea que está leyendo esto.
Vivimos en un mundo horrible, ¿verdad? Supongo que estás cansado de toda la miseria que nos arrojan y que debemos cargar en nuestros hombros, mientras los que ejercen la presión disfrutan de un gran día en su spá personal.
Te entiendo, nadie te preguntó si deseabas nacer en tal injusticia. Nadie te preparó para lo que tus ojos inocentes iban a ver, la deshumanidad, la violencia, los insultos, el desprecio, las enfermedades, la muerte. Nadie te enseñó que todo eso, por contradictorio que parezca, forma parte del ser humano. Nadie te informó de todo lo que ibas a tener que sufrir y luchar.
Sin embargo, aquí estás, leyéndome. No te voy a pedir que aceptes las cosas como son, ni que intentes ver el lado bueno de esta sociedad podrida. Sólo te voy a pedir que eches un vistazo a esa persona indefensa que eras hace años, que la abraces, y le asegures que todo va a estar bien. Porque, ¡mírate! ¡Aquí sigues! Puede que con más piedras en la mochila, pero sigues.
Sigues aquí después de todos los maltratos, las decepciones, los golpes, las pérdidas. Sigues aquí siendo un guerrero y una guerrera. Tienes en la sangre el código de seguir adelante, de no rendirte.
Seguid adelante, guerreros, la batalla no ha acabado y saldremos victoriosos.