Ayer nuevamente volvimos a reflexionar sobre la actitud positiva, tan importante a la hora de encarar
cualquier problema o situación complicada en el día a día. Como vimos, la actitud
que tomamos ante dichos problemas, es la que determina la dimensión e
importancia de los mismos. Hay personas que pierden un trabajo y se sienten
hundidas. Otras, sin embargo, se lo toman con más filosofía y se fijan en el
paro que pueden tener o en la nueva posibilidad que supone para cambiar de
trabajo, encontrar otro mejor, etc. El problema es el mismo, pero no así la
forma de afrontarlo.
Ante la enfermedad mental a menudo nos es complicado tener
una actitud positiva.Es cierto que nos limita la vida en muchos ámbitos, y que
los síntomas que a menudo predominan, y que son los llamados síntomas negativos
(apatía, desgana, falta de disfrute, tristeza, falta de interés por lo que nos
rodea…) hace que más bien lo sencillo sea tener una actitud negativa ante la
enfermedad y la vida en general. Pero sabemos que pese al diagnóstico, se puede
tener una vida más o menos normalizada y hay muchos ámbitos en los que no
tenemos por qué estar limitados. Hay un margen para la recuperación y la
superación personal, y ahí es donde nos tenemos que centrar, esforzar y pelear.
¿Cómo conseguir ese cambio de actitud, cómo tener una visión
más positiva y optimista de las cosas? Según el artículo que leímos ayer, hay
algunos trucos que nos pueden ayudar:
- Relajarse y respirar profundo. Los métodos de relajación ayudan a deshacerse de los pensamientos negativos y favorecen el control de las emociones. Por eso nos viene tan bien hacer yoga, relajación…
- Ser congruente, intentar hacer lo que pensamos. Evitando las conductas contradictorias, por ejemplo.
- Aprender a ver el lado positivo de las cosas- en la vida no todos los momentos son buenos, y hay que aceptarlo así. Ver los problemas con serenidad y autocontrol nos ayudará a enfrentarnos a ellos.
- Evitar las comparaciones. Lo mejor es aceptarse tal cual se es, tratando de cambiar las cosas que te molestan de ti mismo pero sin compararse con los demás, cada persona es única.
- Vivir el presente, disfrutar de los pequeños momentos que a menudo pasan desapercibidos.
- No ser perfeccionista. Olvidarnos de los detalles que nos generan frustración.
- Actividad física. El ejercicio físico nos hace sentir mejor, nos eleva los niveles de adrenalina, serotonina y dopamina. Andar, bailar… cualquier deporte nos ssentará bien.
- Cuidar nuestra imagen. Verse bien es una manera de sentirse bien. Una buena ducha, vestirnos con ropas que nos gustan, arreglarse un poco nos ayuda. Hay que evitar el encierro, eso nos obligará a modificar nuestro aspecto.
- Prestar atención a los demás, no somos el centro del universo. Los problemas de los otros pueden hacernos tomar conciencia de que no todo lo que nos pasa es tan grtave.
- Dormir plácidamente. Si no estamos descansado, es más fácil que estemos irritables, cansados, pesimistas…
¿Qué os parece? ¿Se os ocurren más consejos
para fomentar la actitud positiva? Ya os iremos diciendo si lo conseguimos o
no…
Para terminar, volvimos a ver el documental
sobre Markel Irizar, Bizipoz, que se emitió en el Informe Robinson y sobre el
que escribimos AQUI el año pasado. De nuevo el mensaje de Markel nos cargó las
pilas y nos impresionó por su capacidad de lucha, su optimismo, su disfrute por
las pequeñas cosas. Pese a las situaciones tan duras que le ha tocado vivir, no
ha perdido su actitud positiva y sus ganas de tirar para adelante, y a nosotros
nos sirve de ejemplo y motivación. ¡¡¡Esta enfermedad tampoco va a acabar con
nosotros, Markel!!!