"La vida es del color del cristal con que se mira". Eso dice el refrán. Pero opino que ese cristal depende también de cómo se ha vivido, de lo que se ha vivido, de lo que se esta viviendo en la actualidad y de las expectativas de futuro.
Pero la realidad es otra
cosa. No depende todo solo de uno, como en los sueños, porque la conformamos
entre todos, por lo que la parcela que nos toca es relativamente pequeña
¿Cuántas veces no emprendemos una huída hacia
adelante o hacia atrás cuando la realidad del momento nos resulta intolerable?
Parece ser que todos tenemos como dos
caras, por lo menos, cuando no cien mil, y con lengua de serpiente otros. Yo no
soy partidario de ir enfundado en una armadura, porque casi impide el
movimiento, pero esta visto que hay que protegerse con un escudo, una espada y
un yelmo, en sentido figurado claro, para defenderse de las posibles embestidas
de los demás.
Todos tenemos cosas de las que no nos gusta hablar. No creo
que nadie tenga una vida impoluta en la que no haya cometido errores aunque sea por la inconsciencia de no estar preparado para tomar una decisión.
¿Cuantas veces no se ha delegado en terceros decisiones que tenían que haber
sido nuestras?.
Dicen que
"Dios lo perdona todo" pero que luego somos nosotros los que no
sabemos o no podemos perdonar ni perdonarnos. ¿Será quizás porque todo queda
grabado en la cabeza, a nivel consciente o inconsciente? Así, la cabeza se va
llenando de cosas que en realidad no valen para nada y que sólo suponen
un lastre para nosotros. Por eso es necesario limpiar de vez en cuando el disco
duro de nuestra mente, como si de un ordenador se tratara, para poder seguir
mejor hacia adelante.
Hay un refrán que dice que
"para ir naciendo a lo nuevo hay que ir muriendo a lo viejo". Pero
eso parece que cuesta mucho cuando todos tenemos heridas, y algunas de ellas
llenas de pus. Hay que sanear esas heridas y conseguir que vayan cicatrizando
bien. El dolor se puede convertir en resentimiento u odio que no hacen más que
daño. Ya se que los recuerdos son los recuerdos, pero los hay buenos y malos, y
sólo nos acordamos, parece, muchas veces, de los malos.
Luego están los problemas
cotidianos. Problemas de convivencia, económicos, amorosos, etc. de los que
creo que no se salva nadie. Queremos olvidar pero casi resulta imposible
hacerlo.
Por todo eso y por otras
cosas más resulta que la salud mental no es tan fuerte como creíamos. La
depresión, el estrés, el desanimo, etc. están ahí.
Pero también hay cosas que
nos pueden hacer un poco felices y que hacen que todos los días no sean un
tanto de lo mismo y que animan a seguir un día después de otro.
Yo creo que estamos en
este mundo para ser felices, cada uno como sepa y a su manera, a pesar de todo,
y no para estar medio agónicos, entre la vida y la muerte, siempre en medio y
sin saber qué opción tomar, porque requiere esfuerzo. A veces o muchas veces se
necesita ayuda, contar con alguien, que tampoco todo tienen por qué ser
traiciones o decepciones.
Pues sí, al final la vida
va a "ser del color del cristal con que se mira" y de la confianza
que tengamos en nosotros mismos y en aquellos que se lo hayan merecido.
Sin más, un saludo a todos
y hasta otra ocasión amigos.
Agur
Jose Angel