Estos meses de verano son algo diferentes en nuestro centro.
Cambiamos un poco la programación, aligeramos las actividades, pues intentamos
adaptarnos a la nueva época del año. Si no comemos lo mismo en invierno que en
verano, ni nos vestimos igual, ¿por qué hemos de hacer las mismas actividades?
En concreto, hay algunas actividades que incorporamos:
piscina exterior, más paseos y deportes al aire libre, más huerta…
A veces parecen actividades simples de ocio, pero en
realidad nos son muy terapéuticas. Muchos de nosotros donde más
problemas encontramos es en el estar al aire libre, con gente, en sitios donde
hay ruido, espacios abiertos… sin
sentirnos observados ni juzgados, tolerando el contacto con los demás e incluso
relacionándonos con personas desconocidas.
En la piscina, el tema del cuerpo también nos afecta mucho.
Sentirnos aceptados, tolerar una cercanía con los demás, e incluso un contacto
físico, es algo que nos cuesta. Trabajamos actividades de la vida diaria tales
como la higiene, el vestido/desvestido con prendas adecuadas al sitio al que
vamos, protección de la piel, correcta hidratación… y hacemos deporte, nadamos
o hacemos movimientos en el agua… y si encima hay toboganes, como en la piscina
municipal que tenemos cerquita, está el factor diversión… Luego cuando estamos en el césped jugamos a cartas,
leemos el periódico o revistas entre varios… Nos facilita otra forma de
relacionarnos. Y cuando podemos, también vamos a la playa, que por aquí tenemos muchas.
Los paseos también nos sientan muy bien. Nos relajan,
disminuyen tensiones, nos ayudan a cansarnos y a dormir, a hablar con los demás
más de tú a tú y a conocer sitios e itinerarios que a las tardes o los fines de
semana podemos luego repetir. Y tenemos un entorno privilegiado para pasear, la
verdad. Monte, costa…
Y qué decir de la huerta. Ahora está a pleno rendimiento.
Hemos empezado a recoger calabacines, patatas, pepinos, remolachas, lechugas,
cebollas… (¡¡qué ensalada más rica nos hicimos el otro día!!) pero igual que
crecen las verduras, crecen las malas hierbas. Como no nos pilla muy cerca del
centro, intentamos ir una vez a la semana pero la verdad es que se nos queda muy escaso, hay mucho curro que
hacer. Y como ya hemos dicho mas de una vez, la huerta nos resulta muy
terapéutica porque trabajamos muchas cosas: nuestra habilidades prelaborales,
descargamos tensiones, nos relacionamos con nuestros vecinos de huerta en un
entorno normalizado, aprendemos sobre
las plantas, comemos sano, buscamos recetas para luego elaborar los productos de
la huerta…
Todo ello nos quita tiempo para los otros programas que realizamos en el centro: Cognitivo,
Autonomía Personal, Lectura Fácil, Blog, Taller… pero bueno, la verdad es que muchas de las cosas que trabajamos en estos
Programas también se trabajan en los que hacemos al Aire Libre. Sin olvidarnos
de que aquí en el norte lo del buen tiempo es un poco lotería…
Por ello tenemos el blog algo descuidado. ¿Vosotros cambias
mucho vuestra programación? ¿Incorporáis otras actividades? Ya nos contaréis.
Hola, normal que con esos paisajes hagáis más cosas al aire libre¡¡¡¡ nosotros también cambiamos actividades, hacemos baile, vamos a la playa todas las semanas y hacemos más actividades todos juntos, un cambio que para la gente que está desde más tiempo es agradable. Un abrazo y buen verano¡¡¡¡
ResponderEliminarMe alegro por las vacaciones que a vosotros y a nosotros todo nos cambia, el programa de vida,social, sentimental y de actividad. Las vacaciones las merecemos todos. Chao,chao.
ResponderEliminarQué maravilla de actividades para desconcetar y disfrutar de la vida, que al final es de lo que se trata. Nosotros también cambiamos la programación. Este mes estamos haciendo visitas a pueblos cercanos. Pronto os contaremos... Un abrazo!
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