Cuando nuestras miradas
se cruzaron
tú bajaste la cabeza.
me gustó ver
lo tímida que eras.
Volví a mirarte
y tus mejillas
se volvieron
de un color sonrosado.
Yo solo quería
saber tu nombre
para tatuármelo en mi pecho
y tenerlo siempre presente
El cielo estaba azul
de repente se puso de color gris
y comenzó a llover
a cantaros.
mire de nuevo,
y ya no estabas.
Gemma
Cuidado con los tatuajes, mejor tatuarlo en el viento, o en un tronco de tu árbol favorito....Pérez Zeledón
ResponderEliminarNos gusta tatuarlo al viento
ResponderEliminarEnhorabuena Gemma
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