Llevábamos varios días pensando que sería interesante poder
hacer una entrevista a algunos de los profesionales que nos atienden, pues hay
cosas generales sobre la salud mental de las que pocas veces hablamos cuando
estamos en terapia individual.
Así que, ¿quién mejor, para empezar, que Juan del Pozo,
Psicólogo Clínico y Coordinador de nuestra Unidad de Día? Hoy, aprovechando la
hora de terapia de Grupo, le hemos planteado nuestras preguntas y hemos pasado
un rato agradable hablando con él. Por si os resulta interesante, os adjuntamos
la conversación que hemos recogido:
- ¿Por qué quisiste ser psicólogo?
Desde muy joven me gustaba el
psicoanálisis, leí un libro sobre el inconsciente y vi que eso iba conmigo. En
la universidad, empecé a estudiar Empresariales, hice 2 años de esta carrera
pero no me interesaba, y dudé entre iniciar Psiquiatría o Psicología. Me
decanté por esta última.
- ¿Cuántos años llevas ejerciendo de Psicólogo?
Muchos ya… en el 81 empecé como psicólogo
escolar en una ikastola, luego hice el PIR (Interinidad de Psicología) en
Asturias y fue en el año 1986 cuando empecé en salud mental, al principio en
Iruña y luego ya en Gipuzkoa.
-
¿Aún te gusta el trabajo que haces? ¿qué es lo
que más te gusta?
Sí, me gusta, yo me aburro
fácilmente con las cosas repetidas, necesito hacer un trabajo variado, y este
lo es pues cada persona es diferente, cada una tiene su historia aunque puedan
coincidir en los diagnósticos…
Lo que más me gusta, aparte de la
variedad, es poder entablar un diálogo terapéutico con los pacientes, que les
sirva. Lo bueno es poder entender cómo funciona la mente humana y, también ver
cómo los pacientes van mejorando.
-
¿Y lo que menos te gusta?
Pues cuando ves que una persona
tiene pocos recursos para tirar hacia delante, crees que no va a ir bien. O la
protocolización excesiva de la clínica. A veces la burocracia acaba con la
creatividad del trabajo, te ocupa tanto tiempo… Datos, informes, protocolos…
-
¿Has tenido alguna mala experiencia en tu
carrera?
No, no recuerdo. Alguna vez que, por malas
interpretaciones de pacientes o familiares no te entienden y te echan la culpa
de lo que le pasa al paciente…
-
¿Y alguna buena?
Muchas. Cuando estamos en Terapia de Grupo,
cuando ves a una persona que empezó
mal y va mejorando, se le ve más
tranquila, funciona mejor… eso es gratificante.
-
¿Crees que con tu trabajo consigues ayudar a los
demás?
Los demás tendrían que responder a esto. Pero
creo que sí. La oportunidad que tienen
de hablar cuando están en consulta, de sacar sus problemas siendo escuchados
sin que nadie les juzgue ni les interrumpa ni les machaque… eso da tiempo y
espacio para que la persona saque sus problemas y pueda ordenarlos, tomar
decisiones, buscar soluciones… Ellos son los que se ayudan, yo les escucho e
intento apoyarles en ese proceso.
-
¿Qué es lo más importante para ti en una
relación profesional-terapeuta?
Que fluya la conversación, que el paciente
se sienta tranquilo, con libertad, con confianza, y que este diálogo le sirva
para poder orientarse mejor.
-
¿Cómo desconectas de la rutina del trabajo?
La verdad es que yo desconecto bastante
fácilmente. Cuando estoy con un paciente me vuelco con él, pero cuando termino,
me separo. Tienes que trabajarte aspectos de ti mismo para poder separarte de los
problemas de los pacientes y no hacerlos propios; si eres muy sensible y te
arrastra su problema, pierdes la perspectiva y no puedes ayudar a nadie.
-
¿Los profesionales también sufren problemas de
salud mental (ansiedad, estrés…)? ¿Cómo se tratan?
Claro que sí, todos podemos sufrir dichos
problemas, ser médico o psicólogo no es una vacuna. En mi caso, en mi
generación todos teníamos claros que
primero tienes que tratarte a ti mismo con un psicoanálisis.
-
¿Qué patologías son las que más ves?
En el CSM normalmente priorizamos el
trastorno mental grave, esto es, los que duran mucho en el tiempo y producen
más dolor y sufrimiento personal y del entorno: psicosis, trastornos de
personalidad, trastornos afectivos, esquizofrenia… También abundan otros como
cuadros ansiosos- depresivos, etc.
-
¿Cuáles son los diagnósticos más difíciles de
tratar?
Desde mi punto de vista, los trastornos de
personalidad, porque estos pacientes no están muy orientados en los que les
pasa y su malestar está más enfocado hacia las relaciones con los demás (“los
demás me hacen, los demás dicen…”). Cuando se van dando cuenta de lo que les pasa a ellos, empiezan a
mejorar, evolucionan mejor.
-
Una patología en concreto que nos llama la
atención: los psicópatas. ¿Tienen cura?
Es difícil de tratar, antes no era cuestión
de Salud Mental, sino de orden público. No tienen sentimiento de culpa ni sentido de
responsabilidad, por lo que es muy difícil hacer terapia con ellos. No suelen
venir a los centros de salud mental, apenas tenemos contacto con ellos.
Pero sí hay personas que tienen conductas
psicopáticas (drogadicción, etc…) en las que, tratando la problemática de base,
se pueden reducir o solucionar.
-
¿Y por qué tienen tan mala fama los enfermos
mentales en la sociedad?
Yo creo que por dos razones principales:
o
A los enfermos mentales se les hace difícil
integrarse en la sociedad por sus
dificultades, sus síntomas. Eso a la sociedad le genera molestias.
o
Y por miedo. Cualquiera podemos sufrir una
enfermedad mental, y poder pasar por lo mismo, asusta y preferimos alejarnos,
no verlo.
-
¿En qué ha evolucionado el tratamiento de la
enfermedad mental?
Afortunadamente ha evolucionado muchísimo,
en calidad y sobre todo, en dignidad. Primero se encerraba a los enfermos mentales junto con
delincuentes, vagabundos, etc. Luego se paso a llevarles a sitios diferentes,
aunque seguían siendo sitios horribles, los llamados manicomios, para que no
molestasen demasiado. Con el desarrollo de terapias y medicamentos, sobre todo
en las últimas décadas, ha habido un cambio sustancial y lo que se procura hoy
en día es que la persona pase sus crisis y recupere ciertos lazos sociales, que
retorne a la comunidad.
-
Y sobre Punset u otros autores de autoayuda,
¿qué nos puedes decir?
Sobre Punset en concreto no he leído mucho.
Me parece que son buenos comunicadores, igual demasiado optimistas, pero bueno,
ya os digo que no sigo mucho a estos autores.
-
Y ahora hablando ya de la Unidad de Día, ¿para
qué crees que puede servirle la Unidad a una persona con enfermedad mental?
La Unidad de Día es un intermedio entre la
crisis y el mundo social. Cuando una persona sufre una crisis, a menudo
encuentra muchas dificultades para cerrar sus heridas y volver a su ritmo
anterior, dentro de la sociedad. La Unidad de Día permite que cada uno poco a
poco haga ese tránsito de crisis a una vida más llevadera, con una cierta
socialización, unos horarios… que recupere un sitio en esta vida.
-
¿Y qué piensas sobre este blog?
Me encanta, me parece una idea magnífica,
porque permite que los pacientes manden sus aportaciones y entren en contacto
con otras personas sin tanta angustia como en el contacto directo. Es una forma
de salir del aislamiento. También el poder expresarnos y sacar lo que nos pasa,
cuando estamos mal, es terapéutico, es bueno. Y nosotros podemos aprender mucho
con lo que escribís sobre vuestra forma de llevar la enfermedad mental, a veces
en vuestros escritos se ve más claro que en un libro de psiquiatría.
Todas estas experiencias, los blogs, los
clubs de arte, todo lo que permita la comunicación con los otros en salud
mental, es muy positivo.